Para este proyecto de reforma integral hemos colaborado con la interiorista Mar Esplà Povo. Nos encontramos en un piso de principios del siglo XX de proporción doméstica y hogareña en el que observábamos demasiado contraste claroscuro; pasillos largos, paredes gruesas de carga paralelas a la fachada que impedían la entrada de la luz al centro de la vivienda, falsos techos de yeso, suelo deformado…
Comenzamos interviniendo en el forjado para reforzar y nivelar el suelo y eliminamos una de las paredes de carga integrando un refuerzo estructural para poder actualizar la distribución y conseguir que la luz llegara al centro del piso.
Eliminamos el falso techo de yeso de algunas zonas y dejamos las bigas y revoltones del forjado a la vista para homenajear la edad de la vivienda. Del antiguo pavimento pudimos salvar muy poco y le hemos dado nueva vida a los suelos de las zonas húmedas: cocina, baños y lavadero.
El resultado ha sido un espacio diáfano y funcional en la zonas comunes como el recibidor, cocina abierta, salón y el comedor, dando intimidad a los dormitorios. Uno de los baños ocupa lo que antes era la cocina y el lavadero adyacente lo hemos convertido en una amplia ducha.
En el recibidor colocamos unos estantes muy fucionales que son el resultado de aprovechar un retranqueo técnico., además, una de las ventanas de la entrada quedó tapiada debido a intervenciones anteriores en la escalera de vecinos, que hemos aprovechado para situar y camuflar el contador de la luz.
Una segunda vida para este piso del Eixample barcelonés convertido ahora en un espacio actual y funcional sin perder su esencia.